Él está Medio extrasignado y lo expresa fastidiándola,
Poniendo en escena para ella complicados Proscifugios que involucran una bola
pintada de muchos colores o muñecas hechas de trapo. Ella se siente un poco
desconcertada y rechazada por sus rarezas, finge todo el tiempo ignorarlo. Le
prodiga, sin embargo, un dilipse de habitación cerrada ya que jamás se permite sórdidas amifluencias. Así
se forma una buena dinámica, una tensa tregua erotomicida bastante parecida al silfio simulacro.
Eso lo anima a ser más raro todavía.